Pàgines

Cercar en aquest blog

divendres, 8 de maig del 2020

¿Qué hemos aprendido? (Natalia Asensio)

Al echar la vista atrás uno se percata de cuánto ha cambiado el entorno. Y con ello, el comportamiento de las personas con respecto a sus iguales. Se podría decir que cualquier cambio implica cierto aprendizaje para que se pueda producir la adaptación necesaria. En última instancia, este aprendizaje destaca por su carácter colectivo que en unos casos va dirigirdo a una ejecución casi perfecta; en otros casos, tanto el cambio como el aprendizaje son mucho más laxos. Sin embargo, dicho aprendizaje está presente y ya no hay vuelta atrás.

El aprendizaje colectivo va acompañado de un aprendizaje individual. Y cuando estos van combinados con el académico, la tríada puede llegar a saturar. Demasiados cambios en muy poco tiempo. A pesar de todo, el conocimiento adquirido, sea del tipo que sea, siempre es positivo por su carácter constructivo. En el ámbito académico, cuando te encuentras preparándote para convertirte en profesor, el camino es largo y está sembrado de obstáculos.Tal vez uno nunca deje de aprender cómo ser un buen docente. Pero siempre hay un primer paso, una primera fase que nos sirve tanto de toma de contacto con materiales novedosos, conocimientos pedagógicos y curriculares como de prueba para lo que se supone que ya sabemos sobre nuestra especialidad. A grandes rasgos, podría decir que en estas semanas he descubierto unos cuantos perfiles virtuales que han supuesto toda una sorpresa (y un alivio) para mí. Poder constatar que hay docentes decentes por el mundo físico y virtual con grandes ideas para llevar al aula, me permite sentir esperanza ante un mundo totalmente colapsado. Además, reaprender lo que ya conocía de mi especialidad ha supuesto una terapia de lo más reparadora en estos tiempos. Porque no todo va a ser sumar conocimiento, también reordenarlo es importante y necesario.

De entre el aprendizaje académico no vinculado a los materiales o contenidos debo reconocer el valor de llegar a clase teniendo muy claro todo aquello que quiero explicar. Así se puede evitar eso de la improvisación, tan valorado en otros ámbitos y tan peligroso en el nuestro. He vuelto a confirmar la veracidad del dicho vísteme despacio que tengo prisa. He reaprendido el valor de mi tiempo y que en circunstancias excepcionales hay que saber aplicar medidas excepcionales. La fragilidad del ser humano parece ser la gran lección que nos proporcionan estos tiempos.Sin embargo, no nos menospreciemos, pues estamos hechos de una pasta especial que nos permite remodelarnos cuando estamos totalmente derrumbados en el torno. Con ayuda o sin ella, somos capaces de levantarnos y seguir formándonos. Pero ojo, que en ocasiones esto puede llevar más trabajo y esfuerzo en unos casos que en otros. Puede ser de gran ayuda no perder de vista el horizonte porque gracias a él (a la utopía) podemos seguir caminado (adaptación de Eduardo Galeano). 



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

Nota: Només un membre d'aquest blog pot publicar entrades.

¡Mari, de verdá! O de cómo nos acabamos sin darnos cuenta

¿Seré la única de la generación X que está esperando a que caiga el meteorito? ¡No creo! Sinceramente, pienso que somos demasiados (bueno, u...